Recuerdo que te dije que te amaba un lunes por la tarde cuando el sol era ya casi nulo, y los hombres g pronosticaban un terrible final en nuestras vidas con ese “temblando”, aun no sé cuántas lagrimas recorrieron un largo trayecto hasta impactar con el parquet cobrizo, ya no sé cuántas veces mis labios te decían que no te vallas de la forma más humillante, ni tampoco las escusas vagas con las que intentabas dejarme fuera de tu vida para siempre. Lo que si conté fue las veces que te fui a buscar, de las cuales todas fueron un fracaso, la última fue la más dolorosa y es la que me dejo plasmada, sin poder moverme, termine empapada por la lluvia y por las lágrimas, cubierta de frio, sin nada, sin ti… me disculpe tantas veces, que ya ni se el motivo de las mismas, solo quería retroceder el tiempo, solo quería retenerte y enamorarte nuevamente...pues te habías convertido en la droga perfecta para poder vivir, aquella con la que fingía un mundo de fantasía, una realidad perfecta.