Si supieras que hace tiempo
mis ojos han dejado de ser mirada
para ser caja de recuerdos.
Donde dos látigos,
tres puños,
cinco miedos
y un hambre temible atraviesa
y grita y llama y frusta
y duele....
Quedaron aquí frascos, fragancias, fracasos
y almas desmanteladas también.
El mañana parece enterarse de este naufragio
y a veces grita: llavesss...
a ver si alguien abre o golpea su puerta;
pero no.
Nadie devuelve el golpe o el grito
y la pobre y solitaria puerta llora
por sus pestillos y manillares abandonados.
Replica de algún profundo pero latente yo