El banco solitario del parque
Libertad y soledad
Tarde húmeda de otoño,
¿do voy en mi libertad…
Barzoneo por el parque
y todo me hace dudar:
del árbol se caen las hojas
tras perder su titilar,
cuando blandían alegres
en las ramas bienestar.
Esclavas las lleva el viento
que las porta sin piedad,
a morir el abandono
víctimas de soledad.
No hay alegría en el parque,
tampoco hay tranquilidad,
por doquier va la tristeza
al ver tanta soledad.
Que sólo se quedó el banco
donde pudimos gozar
del amor los arrumacos
que en su oído hice sisar.
Otoño triste, qué sólo
perdida la libertad…,
se fue el amor tan querido
y no vivo en soledad.
A ti, banco solitario,
te pregunto. ¿Dónde está?
¿Dónde el amor que acogiste
en tu asiento de bondad?
Clamando los sentimientos
de este otoño el añorar,
sólo el murmullo del viento
se siente frío al pasar
entre las desnudas ramas
que acongojan mi pesar.
Perdido el amor que quiero,
nada me puede alegrar,
y me queda un sentimiento:
¡Qué triste se queda el parque!
¡sólo muerte y soledad.!
Poemas de Camilo*
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