Quiero estar, en el bostezo de tus mañanas,
en el beso de cada fin de día,
en tus tardes de domingo sin ventanas,
en el almuerzo de cada mediodía.
Quiero ser la sonrisa de todas tus ternuras,
el sonido de tu risa fresca,
la cordura en tus lapsos de locura,
la locura en tus lapsos de cordura,
la esperanza de todas tus esperas.
Quiero estar, sosteniendo tu frente en el cansancio,
conteniendo el reloj en tus apuros,
soportando la cruz de tus calvarios,
dando luz a tus días más oscuros.
Quiero ser tu belleza, tu amor y tu constancia,
el calor de tu piel y tus suspiros,
la pasión de tus noches, tu abundancia;
el cartel que señala tus caminos.
Quiero estar, cuando sufras, cuando estés triste,
en tus ratos de placer, en tu alegría,
en lo simple, lo difícil, lo posible,
a tu lado contigo, Mary...¡cada día!.