MIS AÑORANZAS
¡Silenciooo!
Hagan un alto a todo,
que callen los motores y bocinas de carros,
apáguense chillidos infernales,
altoparlantes, Chanca latas,
mercantes pregoneros,
borrachos de cantinas,
cobradores de microbuses,
y que calle el látigo de la indiferencia;
esta ciudad me hastía,
dejen que llegue a mis oídos
la melodía angelical de una alborada andina,
el trinar de inquietos pajarillos,
el valar de las ovejas,
el canto matutino de los gallos,
el susurrar del viento,
el silbido de los pajonales,
la risa virginal de las cascadas,
déjenme oír el llanto de un eucalipto,
el canto de de una noche oscura,
el eco infinito de los riscos,
la sinfonía de los grillos y cigarras,
la canción de paz de un plenilunio.
Déjenme por favor deleitarme
con el himno sublime de mis añoranzas .
José Eugenio Sánchez Bacilio (jesbac)