Si no pudiste escribir tu libro en papel alguno.
Si no usaste puño y letra.
Si tu vida no se imprimió con tinta
Pues no importa
Tu vida es un libro abierto
Que leímos todos
Y te saliste con la tuya
Pues todos sabemos de ti
De tus luchas de tus logros
De tus mil ocupaciones.
De tus afectos de tus inclinaciones.
Eras una maestra en todo lo bueno.
Eras una maestra de la vida.
Hoy estás lavando los trajes
A los angelitos
Planchando nubes
Elaborando algodones de azúcar
Con sabor a cielo.
Y con los luceritos más brillantes,
Con tus manos prodigiosas
Estás escribiendo
Sobre el manto celestial
El maravilloso libro de tu eternidad.