Yo sé que la mujer es diosa perfecta,
que como ella nada hay en la tierra,
que tiene las caricias de los vientos,
mata veneno con ternura predilecta.
Yo sé ella es la aspiración de la vida,
que se contentan las almas de sentirla,
que vuelan suspiros finos al conocerla
y cada sentido replantea su movida.
Yo sé todo lo que haga será por ella,
haciendo días de sol y noches de luna,
desafiando lo imposible de la bruma,
barriendo el silencio sin una querella.
Yo sé lo que siento trae su presencia;
me llama dejando marca estigmática
profunda como este amor, fantástica,
acelerado mi corazón, gana cadencia.
Yo sé que antes y el después cambian
cuando la tengo entre ambas retinas
porque su imagen actúa como cortina
dejando al abrirse brillos que irradian.
Yo sé esta noche imposible de terminar
al comunicar lo que mi boca anuncia;
por ella, el dolor ya no es mi denuncia,
solo admirarla, motivó este despertar.
John Clark