El anciano
En plena calle se cayó el anciano,
cayeron sus juguetes, su sonrisa,
saltó su corazón de la camisa,
la misma soledad soltó su mano.
Y no es que alguien lo asista cual a humano,
es que ya de sí mismo se desliza,
se ve caer a solas, se divisa
perdido de sí mismo y de su hermano.
La sangre que brotó nos brotó en vano,
su mancha en la ciudad se hizo ceniza,
su grito se escuchó, pero lejano.
Por eso, viejo yo, me voy sin prisa,
no quiero repetir el golpe insano,
ni en lo indolente huir risa tras risa.
07 07 12