La mente está en blanco-
y no consigo nada en lo blanco
ni siquiera encontrarte…
Las palabras rebotan de mis manos
huyen de este desolado lugar-
donde el sol
tenga más vida
que del foco quebrado
reflejando mi rostro
quebrado en lágrimas…
El vacío refleja el cuerpo
tendido en la cama de rocas,
sábanas apretando las llagas
heridas ahogan la esperanza
ahogo
el
pensamiento
en
una
palabra…
Soledad; soledad; ¡Soledad!
ahogo la boca al silencio…
Y... no sé del tiempo…
no sé del CARPE DIEM;
no sé del día,
ni tampoco sé de mi nombre
ni la voz que muerde la ausencia
ni la garganta que muere en vinagre
en la amargura de existir…
Y no sé de palabras que acudan en este alarido de la inconsciencia…
cuando
más
caen
mis
manos
más caen pies
aferrados al cielo,
más caen los ojos
aferrados al suelo
antítesis del ánimo que exprime los ojos del naranjo,
cual ácida es una sonrisa de la mirada
cuando más temo decir adiós,
más te temo, más me temo tragarme la lengua del tiempo
al sentirte tan cerca muerte…
Tan afiliada-
Dibujos en el techo...-
Maleza de la lluvia acida
amarrando mi cuerpo,
a la utopía de la mente en blanco,
dentro de la paradoja del vacío
contratesis de pensarte cada día
como si fuera el último-
estación de cuervos-
y es otoño te dije-
Y me reiteraste-
eres Ausencia, ¡ausencia eres!
y te sentí, ¡invierno! Invierno te sentí
balbucear en las arterias
colapso de este corazón rancio
-taquicardia clavaste con tus dedos-
desahuciada es tu forma de mirarme
al deshojarme el tiempo en el rostro;
desnudo, ya no tengo más pretextos para no pensarte,
y la mente sigue tirada al cielo,
la mente en blanco pensando en nada
pensando en ti, pensando en mi,
pensando en nadie,
pensando en todo,
pensando tantas veces
para volver demencia los versos
volver demencia el poema,
volverme demencia cuando el cuerpo es arrancado de la cama
escupe
lluvia,
en
pedazos
la
carne
escupe ironía,
escupe la utopía de ser en ti,
algo más que el sarcasmo de pertenecerle a la vida,
cuando más siento muerte, pertenecerle a la distancia…
El vaso sigue aún con la misma medida de agua,
el cuerpo aún sigue con la misma medida de sangre
aún el corazón sigue con la misma medida de electricidad
aún el cadáver sigue con la misma dosis de existencia
aún la válvula muscular sigue con la misma dosis de tiempo
y aún las palabras siguen con la misma aliteración
de cambiar las metáforas de tu rostro
por mariposas que cambien el dilema del significado de tu nombre
por la simpleza de conocerte como vez primera,
y que todo vuelva a la normalidad-
que todo quede en blanco como la mente (Como la muerte)
del sujeto amarrado al universo
sudando vinagre cuando más inmola la vida
en
astros
cayendo
sobre la distancia de permanecer
permanecernos ¿permanecernos?
permanecer en la muerte
como vez primera cuando la felicidad
desnudaba la hierba de la piel corroída
por el sentimiento de un punto final…
Y no me gusta extender-me
no me gusta volver
al milímetro del comienzo…