Ribera clara en el llano,
Cascada entre montañas,
Espada en la mano
Para quienes me engañan.
Lagrimas de cristal
Para el amigo, para el hermano.
La introvertida del recital
O huracán de verano.
Con las flores en primavera
Me confieso en poesía.
Resplandezco por la vereda
De la imaginación y la fantasía.
Los insomnios en la madrugada
Los dedicos al lápiz que espera,
Un verso, unas rimas dictadas
Por mi alma sin fronteras.
También soy, otoños grises
En mi techo encapotado
Y sentimiento que descifren
Ese sueño apartado.
Ay, mis momentos más felices...
Antonia Ceada Acevedo
Escrito en Marzo del 1999