Sangran las venas del río
mientras se adormece el sol
y llora mi corazón,
que no puede estar contigo.
Soy poeta y peregrino,
que va buscando tu amor
y recorro los caminos,
tras tus huellas, con pasión,
para mirarte a la cara
y acurrucarme en tus ojos,
que me besan cuando me hablan,
con un lenguaje de tórtolos.
Sangre en las aguas del río,
llantos en mi corazón,
voy recorriendo caminos
para vivir mi ilusión,
y mirándote a la cara
poderte así acariciar,
llenarte de alegre calma,
como si fuéramos mar
y en la orilla espuma blanca
-besos que vienen y van-
al ritmo que se les marca
con las huellas al andar.
Río, mar, puesta de sol…
y en la orilla yo te espero,
pues en tu orilla yo soy
todo tu amor verdadero.
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