2000
Dos mil poemas para el mar constante,
dos mil guitarras echan a volar,
unos al tiempo y otros a la amante,
otros perdidos del sueño en un bar.
Ya no son míos, son de aquel instante
en que la muerte se enfrentó al azar
y que en el pecho de tu amor gigante
simples se hicieron por verte cantar.
Vienen conmigo, deja que te encante
con sus proezas, con su palpitar
y que en tus besos el sol se levante.
Dos mil más vienen, dales un lugar,
estos poemas dicen adelante,
vámonos juntos, la clave es amar.
08 07 12