Llegas tu soledad, trayendo el frío,
y te abrazas a mi cuerpo a no dejar,
cubriendo todo mi lecho como el río,
llevando mis esperanzas hacia el mar.
Ay!, negra tempestad la que se asoma,
la que cubrirá mi tarde de pasión,
vislumbra con miedo desde aquella loma,
descanso hoy no tendrá mi corazón.
Entonces la noche se hará más extensa,
y mis quejidos a ti no llegaran,
pero dentro de mí me dicta la conciencia,
que muy pronto también me amaran.
Pero, ay! que soledad la que yo vivo,
la que en mi cuerpo habita a plenitud,
tengo el alma destrozada y el corazón herido,
que ha acabado pronto con mi juventud.
Es por eso ahora que vivir no quiero,
que buscando voy lugar para descansar,
tengo fría el alma, paréceme que muero,
ven pronto a mi ayuda, si es que sabes amar.
Pero si no has sentido el amor en tu pecho,
no engañes a otro con ese mismo dolor,
aunque tengas pena ya todo está hecho,
la soledad se llevo todo, se llevo mi amor.