Poeta...
mira el cielo atardecido
con sus nubes sonrojadas,
mira como entreteje suspiros
en la orilla azul de la playa;
y deja a flor de piel
esa bella sensibilidad,
exalta tus sentidos para ver
como la tarde se inclina sobre el mar.
Tímido y cálido paisaje,
sublime paraíso terrenal,
retrata la inspiración que nace
con un verso de amor crepuscular.
Cubre el cielo de tu mirada azul
con el manto del sol agonizante,
que se adormece en la dulce quietud
de la poesía que dibujas en el aire.
Atrapa la melodía que se rompe
y salpica tu corazón enamorado,
imitando la cercanía de la noche
en las rocas que descansan a tu lado.
Cae en contemplación muy lentamente
cuando te sientas abrazado al silencio,
desviste los suspiros que te envuelven
para detener en ese instante el universo.
Cuando la belleza sutil del ocaso naciente
se derrame sobre la piel de las olas,
poeta...
abre los ojos del alma si quieres
desnudarla con el pincel de tu prosa.
Ceci Ailín