Tres votos hace el varón;
pero tambien la mujer:
¡Que siempre se han de querer,
y con todo el corazón!
El primero, es ante Dios:
El de por siempre amarse;
el de nunca separarse;
el estar juntos los dos.
Después, ante si mismo
esta promesa tan fuerte:
¡La de amarse hasta la muerte,
evitando el egoísmo!
Ante la sociedad allí presente:
Prometer ser buen ejemplo;
pues recordemos que el templo
está repleto de gente.
El que piensa separarse,
de una mujer amada,
¿Para qué entonces casarse?
mejor no prometer nada.
Pues es total la derrota,
estos tres votos quebrar.
¡Es irse a la bancarrota...
en el asunto de amar!
Autor:Bernardo Arzate.