Mirando al horizonte
divisando a lo lejos
la cabalgata de los
vientos
neblinas de polvo
intrépidas se encontraron
levantando muros
empantanando miras.
Buscando
en arenas del desierto,
en el azulado cielo azulino
palmeras verdes oliva, sonreían.
Gritos de niños y voces de mujeres
daban la bienvenida felices,
(ya no entendía)
semi desmayado, sediento
y hambriento ... había llegado al
Oasis.
Manos finas y morenas
ofrecieron agua cantarina del cántaro.
Levantando la mirada la vió,
quedó paralizado. Allí estaba!
(sin palabras)
no había más que buscar.
Todo el tiempo se conjugó en el Ahora,
encontrando su Amor,
a su alma gemela.
luz teresa maldonado folkerts