Somos jóvenes y nos amamos,
dibujamos ilusiones de cartón,
reciclaste tu valor al juntarnos,
del armario sacaba mi corazón.
De la noche, con unas estrellas,
y gracias al sol por sus rayos
tejimos un mundo en centellas
de esfuerzo, aún con los fallos.
De tus ojos, ese mar de partidas
bebió mi boca con sed pasional
resultando amanecer en pupilas
tuyas horizonte de luz celestial.
Decidiste con tal dicha sumarte
que colmó mi cuerpo endulzado
transformándome por amarte
en sueño despierto privilegiado.
Con la mochila de fe trabajada
en tu espalda ceñida de deseos
y esta bolsa de ternura armada
viajaremos, por el amor eterno.
John Clark