A veces la palabra simplemente fluye
y todo se parece a una poesía:
la ventana, la cobija, el suelo de madera
sueltan versos y armonía
como una historia
feliz de ser contada.
Yo sé que esto es amor,
porque el amor no está en las novelas,
no es exclusivo de los amantes o de los padres.
El amor está en las cosas simples:
el silencio, la mañana, un árbol,
una manzana, un detalle, una caricia,
una sonrisa, las hojas levantadas por el viento,
los pies que nos sostienen,
las manos infinitas y creadoras,
las manos como nubes, como el árbol,
diseñadas para dar.
A veces, en momentos de paz,
la palabra simplemente fluye
y a uno le hacen falta
(o tal vez más bien le sobran)
tiempos y distancias
para describir al amor
tal como es.
Carlos Alcaraz
19/02/12