Un 12 de octubre la historia platica
que tres Carabelas anclaron a orillas
para descubrir las mil maravillas
que esta tierra gurda pues de ello es rica.
Cristóbal Colón fue el navegante
que encajó en tierra aquella bandera,
signo de su entrega y de tanta espera
de noche y, de varios días como fiel amante…
hoy la raza bronce queda en la remembranza
de aquellos momentos de la impetración:
cuando don Cristóbal puso el corazón
al ver no perdida toda la esperanza.
Porque éste presente, revive la historia,
pues nunca ha perdido ya su poderío,
esta raza viva que dejó su brío
(esta raza viva guarda su memoria)
Por ello América conlleva su hazaña
que año con año, así recordamos;
somos ‘carne viva’ -que aún luchamos-
por la raza aquella que está en nuestra entraña…