-Dulces sueños... Descansa....
-Recuerda siempre, ¡te quiero mucho!...
-Descansa... Descansa... Descansa...
El eco de tu voz cada vez se va haciendo mas tenue,
como la vela alumbra con su flama agonizante...
-Descansa... Descansa... Descansa...
Lentamente cruzo a través del arco del sueño,
asta encontrarme en los brazos de Morfeo,
que me acuna, cual del niño su dueño...
La dulce voz de mi amada se ha ido,
una calma tremenda atraviesa mi cuerpo,
acompañada de una oscuridad sin sentido...
Abro los ojos, me encuentro perdido,
la noche se aleja, los pájaros cantan,
me incorporo y el cielo aclarece, las nubes son blancas,
las aguas del río, un torrente de pureza y bondad...
Todo parece perfecto... Solo falta algo...
Lo busco, corro de un lado a otro,
grito pidiéndolo al viento... Y simplemente, no esta...
Caigo rendido, mi cuerpo inerte, queda suspendido...
¡Te quiero!... ¡Te quiero!... ¡Te quiero!...
Dulce voz elocuente, pero no encuentro sentido,
despierto, tu esencia presiento... Y no logro verte...
Sigo caminando por ese hermoso valle dorado,
hermosas praderas, del cielo extraídas...
Buscando deidades al igual que una Diva...
Y sigo caminando, hermoso sendero,
hermosas praderas, la vida perfecta...
Pero lo hago en busca de una manceba,
que ame mi lira, mi canto y mi arte,
comprenda mis goces y ansias de amar...
Sigo caminando y aún sigo esperando,
la forma perfecta de decir que te quiero,
el tiempo adecuado, de estar a tu lado...
Aún sigo esperando el corazon mas puro,
la sinceridad mas honesta,
la belleza imperfecta... Por bellos errores,
aún sigo esperando...
Te sigo esperando...
Carlos R. Barrera