Llegaste a mi vida, un día del mes de febrero,
Tu mirada me envolvió en una dimensión desconocida,
El roce de tus manos, fue como tocar el sol,
Tu sonrisa en mi corazón quedó gravada,
Y ese día cambio el rumbo de mi destino…
No supe ni como y porque me sentía extraña,
Porque al tenerte cerca temblaban mis manos,
Porque tu respiración se agitaba por mi cercanía,
Porque sin querer nos enojabamos...
No entendía, él porque de la necesidad de estar a tu lado,
No comprendía él porque de tantos sentimientos,
Pareciera que ya nos conociéramos desde hace mucho tiempo,
Y las horas pasaban lentas si nos encontrábamos lejos,
mientras el reloj corría veloz, si nos encontrábamos juntos…
Un mes basto para volvernos uno mismo,
Como si hubieran pasado años,
Por caminar a mi lado olvidabas tu cansancio,
Y junto a ti caminaba sobre el cielo,
Unidas nuestras almas y nuestro corazón,
Recorríamos una y mil veces la misma calle sin un roce de manos,
Solo contemplando la luna y las estrellas en el universo,
Haciéndose cada noche más largo nuestro encuentro…
Cada día sin ti, se hacía eterno,
Y tú sin pensar buscabas motivos para estar a mi lado,
Aun seguía sin entender porque me encantaban tus pretextos,
Para correr como niños por el mundo,
Olvidándome de todo mi presente y tu de tu pasado,
Era un momento tan anhelado,
Que aún sin tocarnos la piel, disfrutábamos tanto…
Alegrías y tristezas, que nos hacían reír y llorar,
Tu voz enmudecía ante mi presencia,
Y mis ojos tras de ti se llenaban de lágrimas,
El corazón se había enamorado y no debía,
El amor despertó y nos lleno de dicha,
Aunque avecinaba una tormenta y grandes tristezas,
Yo no era para ti, y tú jamás de mi serías,
Yo empezaba a vivir y tú ya tenías construido una vida,
Con lágrimas en los ojos nos abrazamos y de por medio pusimos la distancia,
Aquel amor no podía existir, ni continuar,
Mas ni la distancia ni las miles de tormentas, nos pudieron separar…
Hoy en soledad me invade tu recuerdo,
Los días de felicidad compartidos y que nos hicieron tan feliz,
Recordando cada una de nuestras aventuras, tu juego de niño,
Mi inexperiencia, mis miedos que te hacían reír,
Tu infantil corazón y tu disfraz de hombre maduro,
Que me hicieron enamorarme como nunca creí,
Que aún poniendo distancia y mar de por medio,
No fue suficiente para que tú te olvidaras de mi...
Te deje en libertad para que retomaras tu camino,
Tu vida no me pertenecía y tenía que dejarte ir,
Es por eso que me aleje con el corazón sangrando,
Por amarte y no saber estar sin ti,
Hoy has vuelto y me has tomado entre tus brazos,
Y aunque quiero no puedo apartarme de ti,
Es más fuerte que todo este amor que llevo dentro,
Mentiría si te digo que me he olvidado de ti,
Lo cierto que cada noche soñaba con tu regreso,
Aunque a Dios le pedía olvidarte antes de acostarme a dormir…
Busque en otros senderos el olvido,
Y con nuevos amores pretendí arrancarte de mi vida,
Nada pude hacer en contra de este sentimiento,
Porque en cada intento más te quería,
Hoy que has vuelto solo quiero darte mil besos,
Y quedarme entre tus brazos por siempre alma mía,
Afrontar lo que venga, siempre juntos,
Que más no puedo soportar tu lejanía,
Te amo, me amas, aunque lo critique el mundo,
Ya mucho sufrimos por estar separados tratando de olvidar,
Por la felicidad de otros, nos estábamos muriendo,
Tal vez tarde nos conocimos, y no nos debimos amar,
Este amor debió quedar en el olvido,
Mas se ha fortalecido en la distancia y hoy no nos podemos separar,
Sería como lanzarnos a un abismo,
Perdernos en un bosque sin salida y morir en vida,
Porque desde que nos conocimos, nos volvimos uno mismo,
Aunque mil veces lo negamos y nos quisimos olvidar…
Hoy vamos hacia un nuevo mundo,
Donde nadie nos critique y nos desee mal,
Si nuestro amor es sincero, y verdadero,
Ya más no lo podemos sacrificar,
De darte tu libertad no me arrepiento,
Pues cuando en verdad se ama, no se retiene y se deja volar,
Mas hoy que has regresado y siento tu corazón tan mío,
Te entrego mi vida y te prometo no separarme de ti jamás,
No habrá una fiesta, ni flores ni rosas, en esta unión del corazón,
Ni trajes de lujo, será el amor quien nos vestirá,
Nuestros anillos de tierra mar y cielo,
Y la bendición de Dios ante la firma de nuestras almas, que se unirán.