Necesito volar por la inmensidad del firmamento,
caminar por los renglones de esta rima sin dolor.
Necesito regar los jardines del encanto jóven,
y sentir que cada llanto, alimentó a una flor.
Necesito colgar en el perchero, la inhumana soledad,
abrazarme a mi destino y entender al meditar,
que de golpes se hace el fuerte y de olvido el recordar,
entender que estando sola, me hice amiga de la paz.
Necesito hacer del mundo, un hogar de protección,
que desplace a los injustos y corone a la razón,
donde el niño sea amado, el amor la bendición,
y este suelo siempre firme, el altar a nuestro Dios.