En la confortable alcoba
Mi alma se inunda de tus recuerdos
Mis ojos se mojan al no verte
Mis brazos lánguidos de deseos Por abrazarle
El inútil y sutil gemido
Que grita mi corazón Por recordarle
Los fuertes lasos que se van extinguiendo
A cada paso que avanzo
Le dedico una lágrima de sangre
El amor que me entrego
Lo arraigo en lo más profundo de mí ser
La comprensión que me tuvo
Los abrazos cálidos que me daba
Las caricias que nacían
Desde el fondo de su alma
Los consejos de grandeza que me profesaba
Como olvidar cada instante a su lado
Si mi corazón aun reclama
Mi alma aun gime
Y mi vida ya no es la misma