Mi Señor, Llena de tranquilidad mi alma
que se encuentra sumergida
en un pesar.
Alivia mis penas, y mitiga
mi sed de amor ya que el
desconsuelo se ha apoderado
de mi corazón.
Ignora mis pecados y llena
de riqueza mi pobraza de fé.
Llena las alforjas de mi alma
con alivio y consuelo.
Enseñame a creer de nuevo
en tí, y en tus promesas ya que
este corazón contrito, te necesita
hoy mas que ayer y mucho más
que mañana.
Amén.