Tus ojos
son esa duda
que en mi pecho
no entristece.
Son ese rocío
de estar vivo,
y de pronto amanece
Son esa melancolía
a ciegas que
impregnada aparece.
Tus ojos tienen
en exilio mi palabra,
que mi garganta carece.
Tu ojo es del color
de tu alma,
sepia en el fondo;
café me parece.
Tu alma es de color
de tu piel:
lámpara sombría
que nunca envejece.
¿Y mi soledad?
Mi soledad es del color
de tu alma que no entristece,
es del tono de tus ojos,
que al fin de mi;
se compadece.