-Quédate aquí,
quédate en la infancia.-
Me dice el viento al oído,
con su silbido medianero.
-Crece, madura, muere,
y renace eternamente.-
Me dice el árbol,
con el canto de su copa.
-Recórreme, descúbreme,
que en mi final te encontraras.-
Me dice el camino,
con su silencio finito.
-Sígueme, libérate,
sigue la senda salvaje.-
Me dice el gorrión,
con su idioma ancestral.
-Escóndete en mí,
refúgiate del peligro.-
Me dice la tierra,
con sus firmes latidos.
-Escalame, llega hasta babel,
para que en la frente te bese dios.-
Me dice la escalinata,
con sus crujidos inseguros.
-Vive.-
Me dicen los sabios muertos,
que no descansan en paz.