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PARA SEVERINA

 (Mi querida abuela asturiana)

 

 

Cruzabas el patio

paso firme y sin prisa,

acariciaba tu rostro

la mañanera brisa.

 

En tus manos leños

que luego encendías

en la boca humeante

de la vieja cocina.

 

De aquella tu tierra

recordabas tertulias

y me enseñabas canciones

de tu amada Asturias.

 

Quiso el tiempo un día

en sufrido accidente

que a nuestra amada Santina

yo tuviera presente.

 

Fue en ese momento

sintiéndome perdida

que recordé tu promesa

y pedí por mi vida.

 

Hoy todo es pasado

y a la niña que vive en mí

nunca le faltan momentos

para acordarse de ti.

 

Desde mi madurez

también te suelo extrañar

¡Si supieras cuantas veces

me querría acurrucar!

 

Maravilloso sería

que hoy te pudiera encontrar

junto al cedrón y las lilas

en esa tu esquina, con aire de mar.

 

 Autora: Graciela Beatriz Traverso.