El infame de este amor
Hoy me inspira, como María,
Es una bella bendición
Que tiene dolor, ¡Ay que ironía!
El vino y el catre es lo que me queda
Los recuerdos y tu voz ya me dejan
Aquel discurso mecanizado en seda
O ese texto de payador que se aleja
Tu vestidura de planta rosácea
Con hojas alternas me reseca
Mi cuerpo y alma lacerada
Ya se despiden de esa estepa
Tu voz por el tiempo entrecortada
Me dice: “Al vuelo del ángel,
Mil aves con un muro se estrellan”
Y estas piernas, como caballo en su tropel
La vida va lenta, pero estruendosa
Como tu arma, aquel fuerte azadón,
Él, en trizas dejó este corazón
Y al alba, en delirio mí alma sosegada.