Háblame sin caricias portentosas infinitas
con tu risa contagiosa que me hunde en ti
porque fuiste deleite exquisita otra vez
me estremeces con tu suave dejo frutal.
La luna duerme en silencio en tus labios rosa
roja insignia de corazón maltratando al dolor
claridad de mis apetencias más escondidas
porque eres simpleza que no puedo explicar.
Y así todo lo que sigue es tu aroma
del lado de la dulzura más placentera
a tu lado no hay tempestad traicionera.
Tengo grabado el atisbo de tu mirar
tu beso al rozar, tu ternura al tocar
y un acento fugaz en tu boca al cantar.