marioranero

Siluetas

La noche es una estela infinita de ausencias

que el día hace pedazos con su multitud de presencias.

Los espíritus trasnochados son los que acompañan

el cortejo de vivencias nocturnas.

Los espantapájaros dormidos hasta el nuevo día

se ocultan en las sombras pensando

quiénes serán las víctimas de mañana.

Las flores guardan sus aromas y colores

para mezclarse en las matas silvestres de los salvajes pantanos.

Todo queda a resguardo esperando el nuevo día…

Sólo las almas noctámbulas deambulan de orilla a orilla…

Ahí va una…

desconsolada esperando que la bruma no se disipe.

La tomo de un brazo, la miro y le digo…

Vuélcame tus ansias de creer,

que otro día viene deshojando las grietas nocturnas

con que se regodean y aspavientan 

las oscuras siluetas taciturnas

que inundan las frías tinieblas

de un pasado efímero, mordaz y lúgubre.

Y así… con paso transido

recorremos juntos el corto camino de la desesperanza

para ahondarnos en la inmensidad de nuestro no ser

esperando la impaciencia del devenir…

desandando la cruel voluntad aterradora

de la insinuante y trémula oscuridad.

Todo da vueltas a nuestro alrededor,

nos hundimos en una espiral sin principio ni final,

giramos desenfrenados a través de las tinieblas

alma contra alma, beso contra beso

infinitamente solos, buscando la luz tenue

de otro amanecer…