Calles imaginarias de ciudades inventadas
en la calígine de la nada,
donde pensamientos convergentes
-sombras que se invaden y poseen-
se dan cita en cada esquina
enredándose como juegos malabares
en vidas aún desconocidas.
Vidas que llegan y llaman
clamando justicia con gritos mutilados
escapados de tanta ignominia,
vestidas con la grandeza
de lo sutil, de lo que es verdadero,
de lo futuro y de lo mágico...
de todo lo que el hombre
sin poder explicar siente,
sabiendo que lo sabe.
Asilado en este azul que llega más allá del mar;
-el que roba la palabra “bello”
y lo adorna con la “e” de la esperanza-,
voy dejando mis versos
en este incierto presente
bautizando mi alma por sentir estar,
…todavía.
©Jpellicer