El aroma celestial de una rosa
se esfuma en mis manos de otoño,
amor de de sonrisas aladas
toco tu piel, te vuelves como loca
cuando un beso de mi boca
atormenta tus olas inquietas,
calor de ríos de ilusiones,
que se calman cada vez que suspiras
y tus pechos, suaves tormentas
que se elevan como tibias canciones.
Hay silencio cada vez que te toco,
que te aferras con blancas pasiones
cierras tus ojos, te beso la piel,
aprietas tus labios pensando en el fuego
que te quema en tu alma salvaje,
es la luna o el sonido de la noche,
que yo muera,
que el mundo se acabe
que te todos sepan
que a ti, mujer, sólo quiero.