¡Sólo bastó un instante!,
un momento de ternura;
tan sutíl como una flama,
hoy...incendio de locura.
Dos miradas se cruzaron,
enlazándose entre sí;
fué un idilio, permanente...
gran amor con frenesí.
No sé cómo, cuándo y dónde,
ángel mío te encontré;
sentimiento idolatrado...
regocijo, de mi ser.
¡Qué momento más sublime!
lléno todo de candor;
cuando ardiente mi tristeza...
sofocante era dolor.
Agua fresca y cristalina,
que al murmullo del arroyo;
derramaste con mil creces...
¡luz de vida, paz y aplomo!.
¡Como nunca más en tí!,
yo jamás he de encontrar;
un amor tan subyugante...
¡un cariño sin igual!.
RCB.