El momento...
donde los cuerpos se acercan,
se hacen uno,
se envuelven en la pasión
y el deseo que les brota,
se aceleran los latídos
y el sudor se hace presente,
las sensaciones inevitábles.
Es donde todo es poco,
y lo único que desean es amarse,
entregarse,
dejarse sentir,
sólo atreverse a dejarse llevar,
sin prejuicios,
ni moral,
sin límite alguno,
sólo vivir el momento,
sin tiempos,
sentir,
gozar,
disfrutar
y amar,
sólo amar.
Dónde cada caricia
avíva el fuego de la pasión,
vivir
y disfrutar de cada sensación.
La habitación
con sus cuatro paredes,
es testigo de esa entrega,
de ese momento
único e indescriptible.
Donde lo único importante
ahí es el deseo,
la atracción que sienten
el uno por el otro,
se tocan,
besan
y acarician
cada parte de su cuerpo,
y lo disfrutan,
lo gozan
y todo es perfecto.
Esa magia,
esa entrega
y esa pasión,
que se da
sólo en momentos así,
sobran besos
y palabras
que no muchas veces se dicen,
que sólo se usan
para darle un toque
erótico al momento.
Y eso lo vuelve aún mejor,
esas palabras despiertan
más y más sensaciones,
la temperatura aumenta
y la entrega es al límite del deseo.
Y se dejan llevar,
llevar por lo que sienten
y no paran hasta terminar
uno sobre el otro,
completamente sudados,
exhaustos
y antes de dormi,
con un beso solamente
se dicen el uno al otro,
"gracias amor, por regalarme un momento así"...