Los rayos forman círculos
en mi partida encogida.
El frio de esta tarde azul
corta el cuero de mis manos.
La soledad en la boca y
la respiración
se desmonta de mi garganta.
Un bravo alarido descolgado
del umbral del puente y
el arroyo Ludueña queda atrás.
Anda asustándome
el aire en la noche
Anda buscándome
la muerte fiera.
Ándame gustándome las coplas
Y las reconciliadas bagualas.
Familiar me es la flecha
que silbando
detrás de mis orejas timadas
espanta el ruido
que me es ajeno.
Familiar me es la lejanía.
Manojos de humanos atados
reciclan su luz de apariencias.
Desenvaina la desolación.
Ante mis pies
doblan despacito las lanzas
errándole
dándome un día más
de humanidad.