Vendrán los nubarrones
a enjuagar la tierra que es hastío?.
Pasa tan rápido mayo pisoteando el tejado.
Le da un tinte gris entre nubes somnolientas
que amenazan sin cumplir.
Sólo pocas gotas que van graciosas
como desembocadura de ancho río a hidratar la frente sedienta.
Hacen olas entre mis pestañas
así, mientras el estruendo descubre mi flaqueza tímida y miedosa,
en su canto sonoro que cuartea mi pecho.
Casi le veo venir,
y el verde herido aclama a mi cielo pobre y desvalido,
al tropezar mis pies descalzos con la clausura del vendaval ausente…
Es el sol que va contracorriente,
y hace ceniza el sueño engañoso de una tarde vestida de mayo.