Los cielos se resquebrajaron
Incesantemente,
Lloraron el día de tu partida
Mi gran amor,
No me daba cuenta que existía,
¡Solo había dolor!…
Fueron momentos de agonía
En mi alma,
Surcaron en mis lamentos,
Los tristes valles del terror;
Respiraba angustias desoladas
Era mi sensible aflicción;
Se enjugaron las raíces de mi mente
Llenándola de pasión;
Se compungieron las estrellas,
Y mis anhelos,
Como noches se tornaron
De un color purpura carmesí;
Derramando desesperadas lágrimas,
Desviadas al quebranto,
En el fondo de mi agonía… ¡YO! te reclamaba
Después de habernos amado tanto,
¡VUELVE AMADA MÍA, HACIA MÍ!…
(victolman)