Nunca hay que acallar los sentimientos
ni dejar ideas sin pronunciar,
es mejor correr el riesgo de expresarlas
y así lo que deba cosecharse... cosechar.
Debes arriesgarte sin recelo
y tal vez una batalla perder,
pero así a la hora de la guerra
combatirás con fiereza y sin cuartel.
Hay que tomar la iniciativa
para lograr así el premio conquistar,
a esperar pacientemente el contrataque
que tal vez ni llegará.
Puesto que en el juego de la vida
y más en el juego del amor,
sólo gana aquél que sin miedo y con coraje
juega siempre a ser el vencedor
no importándole sí en el camino
tiene que apostar el alma y entregar el corazón.