La olas del mar abrazan una pena
de una ausencia lejana
y las sirenas lloran la tristeza
de una damisela que se baña en olas de espuma
mientras su poema y sus versos
se los trago el mar de ese recuerdo
de un poeta que la ama.
Por razón del tiempo,
de distancia
y cruce de caminos
tristemente ella se baña
tratando así de relegar ese amor
del que tanto le ama.
La tristeza deletrea su cántico,
y la convierte en piedra
ya que inmóvil se queda,
llevando en su mirada el silencio
de ese amor callado
O invocar la noche más hermosa
asido a la esperanza
o invocar los días de lluvia
o de sol
o del asombro
¡cantan las sirenas!