Me negué a abrir los ojos esta mañana,
mis parpados,
celosos guardianes escondieron mi mirada,
permanecí inerte,
en el limbo de los sueños.
Ajena del mundo,apenas respiraba.
Mis pasos fugaces, hacían baile entre tus brazos,
al compás de los latidos encerrados en el alma,
esa que tú tocaste,
con el imperceptible aliento de tus manos,
en el beso nacido en las entrañas.
Desprovista de espera,
mis pupilas devoraron tu imagen
Impertinentes mis parpados,
celosos guardianes,
preservan por un momento mas el mágico sueño…
De soñarte