pfleta

Amor en un poema

 

Quisiera acariciar tus labios con los míos,

 surcar, con mis palmas, territorios desconocidos,

probar la dulce miel del árbol de tus cerezas,

acariciar y dejarme acariciar pacientemente,

ser protagonista y antagonista al mismo tiempo.

 

Quisiera acariciar tus labios con los míos,

rozar suavemente el musgo perfumado

y perderme en el jardín que tú cultivas;

sellar tus pechos con la yema de mis dedos

y llevar mis huellas a tus fibras más sensibles.

 

Quisiera formar un bosque con dos troncos,

cuatro ramas, veinte dedos sonrosados;

mover las ramas y las hojas con sumo tacto,

con sentido, lentamente, sin tiempo, a tiempo,

dejando libres los aromas fusionados.

.

Quisiera, poco a poco, abrir la clave de tu ser

con la llave de tu alma enamorada, de mi alma;

abrir la ventana de tu boca, la puerta entreabierta,

con los sentimientos más cercanos y humanos,

que responden profundamente agradecidos.

 

Quisiera la metamorfosis de dos cuerpos,

el silencio placentero de los sexos dilatados,

de los senos que se clavan en el pecho de delante

de dos corazones que palpitan aceleradamente,

de miradas complacidas en el fragor de la mixtura.

 

Quisiera regar tu cuerpo empapado con el mío,

abrir la fuente del amor por fuera y por dentro,

regar con gotas la flor de tu jardín perfumado,

y dejar fluir el manantial en la puerta que se abre,

ahora ya sin llave, inundando tu más dulce fuente.

 

Pau Fleta