El azul del cielo que ayer me besó
con la llovizna fría de un abril,
va susurrándome notas de amor
cada vez que mis manos piensan en ti...
y te dibujan con los versos más dulces
que inspiras sin motivo ni razón,
simplemente resistirme ya no pude
y tu sonrisa sacudió mi corazón.
Me quedo en ti si me lo pides,
adonde vayas contigo iré,
a mi lado haré que nunca me olvides
y todo de mi sin dudar te lo daré.
Si me dormí armando tu recuerdo,
desde la última vez que te vi,
cuando la noche presenció el momento
de mis caderas bailando para ti.
Desde cuando te espero... ya no me acuerdo...
tantas veces te busqué...
en los pasillos de mis madrugadas,
en las calles del amanecer.
Te esperé, te busqué por tanto tiempo...
en los albores de mi almohada,
en el desván de mis sueños,
en lo escurridizo de una mirada,
en cada rincón de mis silencios.
A veces ya no me alcanza
camuflarme con la piel del invierno,
refugiarme en sus tardes nevadas,
soñando en mitad de algún desierto...
calmando mi sed... abrigándome el alma...
con la tibieza de algún verso.
Y ya no me alcanza despertarme
con un tal vez palpitando en mi pecho,
por momentos quiero correr a buscarte
y por otros perderme mar adentro;
vestirme de distancia y soledad,
alejar de mí lo que añoro y deseo,
sin que aún así consiga olvidar
el roce furtivo que robé de tu cuerpo.
A veces ya no me alcanza,
no, no me alcanza, vida...
saber que tu voz me llama
si no estoy cerca para oírla,
mirar el cristal de la ventana
sintiendo (sin sentir) en mi cara la brisa,
coser un sueño de dos a mi alma
pintando (sin pintar) de ternura una caricia.
Y ya no... no me alcanza
seguir recitando instantes
a media voz, a media palabra...
ya no me alcanza respirarte
y despertar enamorada
sin tenerte, sin tocarte...
sólo inventándote...
...y extrañándote...
Ya no puedo sostenerle la mirada
al amor, sin olvidarme de mí...
No, no... por más que intente no me alcanza
vivir soñando esta vida sin ti.
Ceci Ailín