A diario escribo un sueño repetido,
son los signos con sus formas de aroma,
perfumes a la orilla de tus piernas.
Viajo por valles, van mis ojos perdidos
mirando el cielo azul, profano tu tierra
pisando el barro, ensuciando las lenguas.
Canción de insultos silbando el sigilo,
vigilia eterna, la esperanza que espera.
Y van todas mis letras cabalgando en el destino
de los que soñamos y sufrimos el desamparo,
de los que cantamos a los corazones helados.
Libre en la voz del viento vuela mi sentir escrito
como las alondras de primaveras y veranos
y en la estación de los olvidos también se deshojan
silenciosos, de mi mano, llorando ángeles marchitos.
A veces deseo soñar otro sueño enamorado
escribir sobre tu boca de aquellos besos robados,
sobre tu piel, dibujar miles de caminos infinitos,
recorrerte en el amor sin desangrarme en el pasado
subir al futuro paisaje de niños correteando
vocecitas que retumban desenroscando ombligos
gritando pido gancho, pido gancho, pido gancho...
y me doy cuenta que ya han pasado muchos años
que somos acaso unos simples desconocidos.
Flor hermosa como un capullo perdido en mi bosque de robles claros,
unión de las almas más allá del dulce sabor amargo, condenados.
Verdes alas vuela con tus azules ojos a lo divino
que yo seguiré hasta el final escribiendo y soñando,
disfrazando todas las noches con amaneceres pálidos
buscando en todos los ojos, los mares, los valles,
sueños, recuerdos, en todos los azules tu signo.