En el aire suenan besos
y gemidos en la almohada
todavía quiebran huesos
y se grita entre las sábanas.
Hasta ahora se está oliendo
el perfume de las pieles
el aroma de los cuerpos
el sobrante de las mieles.
Más aún, arde la cama
y se queman los fantasmas
de los besos que quedaron
incendiándose de ganas.
Pero vos, vos ya te fuiste
y yo estoy volviendo a casa
y sabemos que hay regresos
que no esperan a mañana.