Kléver Eduardo Jimbo Paladines
A la media noche
Si a la noche no le importan mis palabras y a ti te sobran besos, si el momento es imperfecto y se queda en silencio, si cantándole a luna me llagan tus versos y el ardor por mi garganta va llenando el descontento. Entonces te olvido y camino lento, aunque por las calles voy borrando la sonrisa y me quedo como el viento “solo y en secreto”. Entonces finjo olvidarte, pero la mañana es lejana y me llegan aquellos sueños, el tiempo es escaso y la tinta solvente, sustanciosa, abnegada, que lleno de discursos este argumento. Empezando por frases cotidianas “que yo no te quiero, que tú no me quieres” me lo dicen tus ojos. Y a la media noche te soñé, porque a la media noche me llamabas y a los ocho días me hablabas. ¿Qué dices? No te entiendo. Pues fue un leve momento, en el que estaba ciego del sueño y tu llena de franqueza. Rogaría entender tus señales y contestar aquel mensaje que envolvió los recuerdos. Navegar en fotografías y demandar tu presencia. Pero ya es tarde o quizá temprano, la luz del día nos enseña que termino el conteo, que las palabras sobran en nuestro viaje y de aquí seguirás siendo un sueño.