No hay aguas que separen a mí de tu recuerdo
porque el mar es un océano seco sin olvido,
alguna vez existió de un cielo que era negro
pero ahora efímero pues del sol has nacido,
el frío mudó por calor a sus pieles de invierno
desde el momento al sentir ese paso lucido,
encerraron a la rosa mas fina del huerto
para no motivar celos de oír tus latidos,
las noches ya no son noches sino solo duelo
por noticia de un mortal a tu luna bebido,
se cuenta fue demasiada lluvia la del cielo
cuando así se vivió el amor de ti conocido.
John Clark