Siguen y siguen bajando
desde los altos las brumas
y el corazón se humedece
y se sacude las gotas
de sentimientos que oprimen,
que no calan, pero mojan.
Y la tarde languidece
y va apagando sus luces
para dar paso a la noche
y enseñarnos una luna,
si lo permite la bruma,
si no lo impiden las nubes
y aliviar al corazón
para que viva sus sueños.
Luna creciente en el cielo
y la esperanza en el alma.
Me asomaré a tu ventana
y te contaré mis sueños.
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