Mis versos son versos libres,
porque por su cuenta corren a buscarte,
a acariciarte, a contemplarte,
a contarte mis secretos al oído.
Te hablan de mis cuitas,
de los lamentos de mi vida.
Mis versos inocentes traicioneros,
me delatan a tus ojos.
Te comentan, cuchichean de mis sueños,
mis angustias,
y de lo poco que soy sin ti.
Mis versos son más libres cuando salen de tu boca.
Y tienen el privilegio que jamás nadie ha tenido
de poder besar tus labios y tu garganta acariciar.
Y de mostrarte un catalogo de antiguos sentimientos,
de pasiones y deseos que anidan en mi ser.
Mis versos son más que eso:
son anguilas, son lunares,
crucigramas de mis besos
que buscan tu piel, tus pechos,
lo delgado de tus manos,
el color de tus cabellos y las uñas de tus pies.
Mis versos son todo eso
y hoy se anudan a tu desnuda piel.
© Armando Cano.