Dame eso que escondes,
dame eso que no quieres,
dame eso que no sabes,
dame tu voluntad de amar.
Te alejaste un día y
jamás volviste igual,
y esa flor de tierra
se perdió en el mar.
Tus noches cerca de
aquellas noches mías,
allá en tu exilio, muy
por allá en tus celocías,
en tus lejanas estrellas,
en tu lejano sueño,
en esas calladas brisas,
me decían que me querías.
Hoy lo escondes y lo cuidas,
como si yo no lo sintiera igual,
late en nuestros corazones,
se escucha en nuestras pieles,
cuando se saben acercar,
dame eso que te mata,
dame eso que te daba,
dame eso que yo tengo,
dame tu voluntad de amar.