Canten nubes de la primavera,
con voces tan suaves como la miel,
que no hay amor más fiel
como el dulce de los labios
de la mujer que más quisiera,
que eres tú, rosa de mil fragancias,
que iluminas la noche entera.
Es tu cuerpo altar sensual,
para entregarse en sacrificio eterno,
regar con el rocío de mis flores
tu imagen nocturna aferrada a mí,
como yo imagino las olas llegar
con suspiros a la orilla deseada
con tus ojos cerrados y celestiales
cuando silenciosa me pides más.